Navidad a la española: los tuyos, los míos, los nuestros

Criado por Letícia Castro em em 26/12/2008

Que mi familia tiene herencia española, algunos de ustedes ya lo saben. Es por parte de mi madre. Esta raíz viene básicamente de dos regiones de España: Murcia (mi abuela) y Andalucía (mi abuelo, cuyo padre era gitano). Lo que no saben es que mi marido justamente tiene la misma herencia murciana, de parte de su padre. Y lo que pasa es que el 25 se unió parte de los ibéricos de allí con los tupí ibéricos de aquí bajo un mismo techo y el resultado no podía ser otro que mucho color y risa. Pero antes, un tantito de ubicación.
MAPA DE ESPAÑA

La región de Andalucía, en azul (Córdoba, Sevilla, etc.) y la de Murcia, a la derecha, en verde – de ahí venimos (Fuente: Favelas do Mundo)

Hay que decir que cuando se juntan unos tantos españoles no hay más que ruido. ¡Qué ruidosos somos! Sí, somos, porque basta con una gota de esa sangre (“mala”, como ya he dicho en otro post) y uno ya se vuelve español. En mi caso, hay muchas gotas y toda una vida criada bajo los conceptos y valores de esa tierra. Mi brasilidad se me dio el entorno, puerta adentro, era España y esto se debe a mi madre, por las buenas y por las malas. Pero volvamos al ruido y a la gente.

Primero que cuando se junta a esa gente, mira que son muchas, ¿eh? Unos 9 de aquí, unos 10 de ahí y los cinco de España, como se han autodenominado. Tíos, primos, todos de la parte de Luciano, visitando a los parientes brasileños, de la porción de la familia que vino hace muchas décadas, atrás de trabajo. Época dura de Franco, época dura de separación. Pero hay otra cosa que se debe saber de una familia española. Ésta nunca se separa. Pasa el tiempo, cambian las gentes y se encienden en los más jóvenes las ganas de llenar el huevo. Resulta que, a lo largo de las generaciones, se buscaron y se alejaron a la vez en muchas ocasiones. Quiso el destino que, casi simultáneamente los de aquí buscaron los de allá y viceversa y el encuentro se dio. Ayer.

No sabía yo que, rescatando a la herencia de mi marido, la mía me golpearía con tanta fuerza. La empatía fue inmediata y pronto me olvidé que no pertenecía. Puede que es porque ya pertenezco. Es que los cinco eran también tan míos que me asombraba. Sea por la apariencia, por los gestos o por el acento característico que solía escuchar de mi abuela, mis tías, mi abuelo… Lo que pasa es que los míos físicamente ya no están y yo también sentí en un determinado momento de mi vida que debía rescatar a la herencia que se perdía. Empecé entonces a enseñar el idioma y descubrí mi identidad. Me acepté como esta cosa colorida, ruidosa, alegre, intensa, apasionada, generosa y tantos otros “osas” que me han formado desde que nací. Y fue justamente dentro de un aula, enseñando a mi herencia a los demás, con toda la felicidad del mundo, que me llegó él. Con su gente, que también es mi gente y ahora somos una gente sola.

De vuelta a la Navidad, el día trascurrió mucho mejor que lo esperado. En un dado momento me acordé que algunos españoles aún tienen la costumbre de hacerse una siestita después del almuerzo y les pregunté: ¿no queréis dormir un poquito? A lo mejor querían, yo misma lo quería y varios de nosotros bostezávamos, pero la compañía estaba tan agradable que no lo hicimos. Tampoco había tiempo, pues mal se salía de la mesa, a la mesa se volvía con una secuencia de una cosita más rica que la otra y todo el cariño de nuestra anfitriona que ojalá haya sentido lo mucho que apreciamos estar todos ahí. También nos fuimos de regalos y ahora hay un trocito de Murcia cerquita mío que pronto estará adornando a mi casa. Los primos que nacieron en Barcelona son tan paulistas como nosotros, estresados, dicen, pero igual de disponibles. Ojo, que Catalunya no es España, como leí en un muro de Barcelona, pero la verdad, estamos hechos del mismo barro (pero no del mismo molde, se diría en México…).

Es raro cuando un brasileño se depara con sus raíces. No somos un pueblo de raíces. Nuestras ramas son tan esparcidas como el origen del propio mundo. Hay los bichos del agua, de la tierra y del aire. Los brasileños somos una especie de elo perdido, el bicho de transición que tiene adentro a todos los bichos. Soy así también, con una mezcla que se pierde en lugares, tiempos y razas. No nos olvidemos del famoso bisabuelo cubano y negro (¡azúcar!). Pero éste también se marchó a España y ahí se hizo la vida, así que, más vuelta, menos vuelta, es la tierra de Lorca que se me viene de frente, este verde que te quiero verde que no me abandona jamás. Y es encantada de esta gente que le rindo las gracias. ¡Olé!

Aquí se habla español

Comentários (7)
  1. Jorge Fortunato comentou, em 26/12/2008:

    Hola que tal? Na verdade, os portenhos é que falam assim…então a senhora é espanhola? Barulhentos? Diria mais que isso, são estrondosos e já me fizeram mudar de lugar,…qualquer dia te conto…esse sangue caliente!
    O Natal foi ótimo, em família e com muita comilança.
    Ah que história é essa de não conhecer o Rio? Já está passando da hora, e aqui tens um ótimo guia turístico…
    Besos cariño

    Responder
  2. Rodrigo Piva comentou, em 27/12/2008:

    ¡Feliz Navidad, Lê!
    Parte de mi familia tambiém viene de España, los ‘Camargos’, però no se escribir casi nada!!! Melhor voltar para o português! hehe

    Uma delícia poder viajar através do seu belo texto.

    Besos!!! Cuidate bién! :-)

    Responder
  3. LETÍCIA CASTRO comentou, em 27/12/2008:

    Ah que bonitinhos!
    É sim, Jô, uma espanholinha nascida no Ipiranga! rs Ahhh eu acho bom, principalmente uma tal de feijoada na Portela… hehehe Olha que eu vou, hein? ; )
    Rô, que chique! Então, vc tb é comedor de paella, ô coisa boa! O Lu é assim tb, metade calabresa, metade muzzarella! hehehe
    Besotes, queridos!

    Responder
  4. carla m. comentou, em 27/12/2008:

    Comadre, eis que me deparo com este mundo de gente que ferve o sangue!
    Ao que parece o Natal foi maravilhoso! Por aqui também, breve, a presto, para logo voltar ao trabalho frenético. Como tu pode ver, tenho me dado muitos motivos para acabar de uma vez, por que tem muita vida lá fora e aqui nessa rede pra se viver.

    beijocas!!!

    Responder
  5. Wander Veroni comentou, em 30/12/2008:

    Hola, Leticia!

    La tradición de una vida, una familia es algo que en encanta. El mejor de todo es que, para los trabajos de suerte, usted y su marido tienen la misma ascendencia. Me gusta la cultura, el idioma y siempre quiero aprender un poco de todos ustedes.

    Beso grande y feliz 2009!

    Responder
  6. Oitentando comentou, em 04/01/2009:

    Que historia maravilhosa!!!
    Seu Natal deve ter sido ótimo pelo que li por aqui.
    Fiquei muito feliz lendo sua postagem…lembrei do meu bisavô que era espanhol.Mostra como a familia é fundamental na vida de qualquer pessoa.Nossas raízes jamais devem ser esquecidas.
    Paro pra analisar minhas raízes e tenho a certeza que sou um ser único,pois veja bisavós:espanhol,italiano,índia,mineiro,negro…gosto muito dessa diversidade que corre em minhas veias…como diz seu post tenho sangue ruim de espanhol e italiano tb,só porque são os mais impulsivos e explosivos???Concerteza no meu caso sigo a risca e faço juz a isso…rsrsrs
    Adorei sei blog!!!
    Quando puder me visite:
    http://oitentando.blogspot.com/
    Um abraço!!!

    Responder
  7. Renan Barreto comentou, em 24/02/2009:

    No hablo español muy bien, pero intento. Una vece o otra cambio un ponto del mi cerebro e hablo italiano involuntariamente.

    Me gusta mucho el pueblo español. Mi nombre Barreto viene de algún lugar de España. Tengo que encontrar mi elo perdido también.

    Hasta la vista. rs

    Responder

Deixe uma resposta para Jorge Fortunato Cancelar resposta