¡Mi ADN es multicolor!

Criado por Letícia Castro em em 09/04/2008

Adn-coloreadoLa dura tarea de definirse étnicamente según el color de la piel

Siempre he sido blanquita. De niña aún más, pero hasta hoy en día nunca he logrado agarrar un bronceado de estos que nos doran el cuerpo. Como máximo, después de unos veinte días seguidos, se me nota una morenez tímida, pero de seguro realmente, sólo el rojo pimienta.

El tema del color me ha intrigado desde temprano. De parecer blanca, las morenitas se burlaban de mí en la playa, piscina, etc. La verdad nunca me causó problema, no me preocupaba querer parecer algo que no era o no aparentaba y tampoco me consumía esta necesidad brasileña de lo moreno. Bastaba con hacer una broma u otra y el tema se iba. Pero pensaba siempre que aquí, de ley era lo castaño: las morenitas siempre fueron sinónimo de gracia, hermosura, del no sé qué, en fin, de la belleza típica del país. Me sentía distante, un tanto aislada, pero no me afectaba, igual siempre quedaba esta ganita de parecerme un poco más de la tierra, más brazuquita.

Hasta que a los 12, viendo algunas fotos antiguas en la casa de mi abuela, encuentro una de mi bisabuela española, sentada en un silla con un señor negro de pie, a su lado. Le pregunté a mi abuela: “¿Quién es este señor negro?”. Me dice: “Pero, ¿qué señor negro?”. Trato de explicarle: “Éste aquí en la foto con la bisita.”. Mi abuela “pierde el color” (era más blanquita que yo) y me dice: “Ahí no hay ningún señor negro. Ésta es tu bisa y tu biso, Agustín. Era “moreno” así porque era de Cuba.” Se me vino el mundo abajo. La verdad es que me sentí súper poderosa, pues de la nada se me llenaron el ADN del dicho “gen fuerte”, ése tan imbatible en los atletas, etc. ¡Zás! ¡Yo tenía sangre negra! Sí, era de un pariente lejano, pero ¿y? Era negra y era mía. ¡Qué honor! Corrí a contárselo a mis primos, les decía: “¿Sabías que el abuelo Agustín era negro?”. No les importaba un pito, pero para mí… ¡¡¡Y encima cubano!!! ¡Guau! De repente tenía yo mucha melanina, genes fuertes y ¡el swing! ¡¡¡AZÚCAR!!!

Sin embargo, me acostumbré a que éste fuera mi secretito. Casi nadie lo sabe, pero cuando me encuentro en alguna rueda “blanca”, de estas personas que se creen totalmente caucasianas (me dan miedo, me suena hitleriano y peligroso), me encanta soltarlo, así como noticia banal: “Mi bisabuelo era negro. Y cubano.” Encima tengo ojos verdes, queda claro el espanto, pero es un espanto desconcertante porque casi nadie entiende mi orgullo. A mí me fascina: soy el elemento sorpresa y así de la nada, como una bala en la pistola, disparo: tengo sangre negra. La verdad ni sé si tener un bisabuelo negro dentro de una supuesta familia blanca hace alguna diferencia, pero esto es mío y nadie me lo quita.

De hecho, nunca me sentí muy mestiza, excepto por una vez. En un ciclo de presentaciones de canto, participé cantando “La Habanera” (l’amour est un oiseau rebelle…) de la ópera Carmen, de Bizet. Recién empezaba en eso de cantar en público, si bien el canto siempre fue parte fundamental de mi vida. La presentación había sido en una iglesia y luego otra, en una plaza, al aire libre. Cuando llegamos al final del ciclo, estábamos sentados en un teatro, charlando y un chico me felicitó, dijo que le había gustado mi voz, etc. Apenas me lo dijo y escucho: “Sí, parecía una de las de mi raza.” Lo dijo una señora, obviamente negra, sentada a su lado. No tuve tiempo siquiera de agradecerle, pero inmediatamente me sentí de este color, más morena que cualquiera de las chicas de la playa, mucho más auténtica y definida, me sentí una verdadera brasileña. Y le dije al d. Agustín, en pensamiento: “Abuelo, ahí está.”

Desde entonces, no me había fijado en el tema, hasta el día de hoy. Trato de llenar una ficha cualquiera y en uno de los espacios me dan opciones para definirme, según mi color. Algo más o menos así: negra; asiática; hispánica: esto incluye a todas las personas de México, Puerto Rico (…), América Central y del Sur; blanca (menos de origen hispánica): esto incluye a todos los pueblos de Europa, Norte de África y Medio Oriente, y por ahí iba. A esta altura, estarán boquiabiertos también, supongo. Pues, a los absurdos. Primero, no me consideraría hispánica habiendo nacido en Brasil, como máximo, ibérica (creo que los de la ficha no conocen esta opción…); segundo, siendo nieta de españoles, sí, soy hispánica, si éste es el criterio y mis abuelos vienen de Europa, pero está bien claro, “todos los pueblos de Europa… (menos de origen hispánica)”. Para mí, “hispánico” deriva de España, entonces ¿no está España en Europa o no se considera a los españoles ciudadanos dignos de ser europeos? ¿Son de clase inferior? Y no vale decir que “hispánico” es de latinoamericano porque el término está claro, “hispánico” tiene origen en “España”, en esto estamos todos de acuerdo. Y por fin, ¿¿¿Norte de África y Medio Oriente??? ¿Cabe absurdo más grande? Ahora un marroquí, un egipcio, un libanés y todos los demás, ¿son más blanquitos que yo? ¿Acaso son “blancos” de alguna manera? Ya se dan cuenta de mi asombro, ¿no? Pues sí, hasta ahora no rellené la ficha.

Había una opción para “no definirse”, pero sé que en estos casos lo mejor es hacerlo sin hesitación, pues no debemos esconder lo que somos y yo, particularmente, tengo mucho orgullo de todo lo que soy. El problema es que, en la dichosa ficha, no hay lo que soy. Se me ocurrió escribirles y sugerírselo, pero me parece difícil que coloquen una opción diciendo: “blanca, con un 1/8 de ascendencia negra y otras cositas más” (por si mañana me muestran una foto de algún abuelo chino o tchucarramãe). Así que todavía no sé qué hacer. Y era para algo bueno la ficha, pero si no estoy en ella, ¿cómo podré estar asociada a ellos de algún modo? Empiezo en desventaja, ¡empiezo no existiendo! Ya decidí, creo que no voy a marcar ninguna opción y anexaré una carta que dice: “me interesa mucho tomar parte en lo suyo, pero ¡desde que no tengan nada en contra de mi ADN colorido!”

Comentários (8)
  1. Luciano comentou, em 09/04/2008:

    É, antigamente as opções eram: caucasiano, amarelo, negro e pardo.
    Aqueles que criaram essa lista deviam colocar somente uma categoria: brasileiro! Já que somos um verdadeiro coquetel de DNA e resolveríamos, como sempre, o problema deles.
    Saludos y felicitaciones una vez más.

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  2. SILVIA comentou, em 09/04/2008:

    Lê, eu como a neta direta desse seu bisavô cubano, nunca sentí nada, nem de longe parecido, com o orgulho que você sente e que pude ler no texto que escreveu. Você sente orgulho de um bisavô cubano e eu sinto o maior ORGULHO em ter uma filha como você que se importa com esses valores. Continue assim, sempre. AMO VOCÊ!!!

    su mamita

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  3. Lion of Zion comentou, em 10/04/2008:

    Desculpa, mas meu espanhol é bem limitado e tem muita coisa que não entendo. =/

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  4. Mickey comentou, em 10/04/2008:

    ai aia ia nao tentnd kase nada do texto. ta blz

    Visita lah tbm tá

    Charges, Humor e Noticias

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  5. Andre comentou, em 12/04/2008:

    Melhor serah esperar pelo futuro narrado nos filmes de sci-fi quando poderemos colocar uma gota do sangue na ficha e a mesma, baseada em nosso DNA, se auto-preencherah!
    Mas ateh lah…
    Excelente texto!
    Felicitaciones!

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  6. Andre comentou, em 12/04/2008:

    Melhor serah esperar pelo futuro narrado nos filmes de sci-fi quando poderemos colocar uma gota do sangue na ficha e a mesma, baseada em nosso DNA, se auto-preencherah!
    Mas ateh lah…
    Excelente texto!
    Felicitaciones!

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  7. Yara comentou, em 18/04/2008:

    Parabéns pelos textos todos.
    Parabéns emocionados pelo “Mi ADN es multicolor!” além de escrever de uma maneira muito clara, vc coloca o coração na pontinha dos dedos e, com isso, põe o nosso coração na boca.
    Quanta emoção!
    Obrigada por vc ser essa menina!
    Beijos

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  8. Anonymous comentou, em 15/08/2009:

    Acabo de leer esta entrada de tu blog. No se si te resultara mas motivo de orgullo, o una complicación mas a la hora de rellenar formularios, pero si tu familia proviene de España, puedes añadir dependiendo de que parte de España fuera, antepasados árabes, germanos (visigodos alemanes), celtas (como en Irlanda), franceses o italianos. La mayor parte de los españoles tenemos mitad sangre judia y arabe a partes iguales y la otra mitad de alguno de los otros grupos.

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